Hace varias semanas en Muroexe sacaron unas ofertas veraniegas. Así que me puse a mirar rápidamente que tenían disponible y me decidí por unas Node en color Bloody Red, en mi supuesta talla: el 46.
Como la promoción era bastante buena en cuanto a rebaja de precios, tardaron unos días en llegar —algo de lo que me avisaron por email—, pero llegaron. Cinco o seis días después tenía mis primeras Muroexe en la oficina.
Alerta. No me entraban bien. Imaginé que sería cuestión de los calcetines y no le di más importancia y seguí a lo mío. Varios días después cuando ya saqué tiempo me puse a probarlas y me di cuenta que efectivamente, no me valían.
Envié un email preguntando si podía cambiarlas por un 47, y me dijeron que normalmente no habría problemas, pero que se habían agotado. Así que, para mi sorpresa, me dijeron de elegir otro modelo que estuviera disponible en la talla 47. Elegí las Materia Solid que son más sobrias y que costaban 70 euros en oferta, 20 más que las Node, pero eran de las pocas que quedaban en mi número.
Muroexe no me cobró la diferencia. De esto un viernes por la mañana. El sábado por la noche recuerdo que estaré a muchos kilómetros, y respondo al email con una nueva dirección y pidiendo disculpas por el error. Muroexe se ponen en contacto con la empresa de mensajería para indicar la nueva dirección, y yo tengo unas Muroexe nuevas que no me merezco.
Lo que más me ha fascinando en toda (larga) transacción es que han estado ahí, han respondido, y han sabido darme alternativas. Mil gracias.