No es una técnica de la que esté particularmente orgulloso, pero es una técnica. En un mundo lleno de concienzudas técnicas GTD, mi estilo es mucho más rudimentario. El escritorio es un lugar de paso temporal donde almacenar imágenes, descargas y archivos variados. Más o menos así.
Una vez que está suficientemente lleno, o me ocupa la mitad de la pantalla, creo una carpeta nueva con el nombre de la fecha del día (yyyymmdd) y arrastro todo dentro de ella.
Obviamente incluyen las carpetas que creé en el pasado donde hacía esto, creando una conejera de archivos. Como normalmente estos archivos no tienen importancia, cada muchos meses entro y voy borrando las carpetas más profundas donde agrupé esos datos hace meses. Si no los he necesitado desde entonces, estoy seguro que nunca más los necesitaré.
Por los siglos de los siglos.
Como veis, el escritorio es una pieza de mi sistema operativo que me importa bien poco. Mi razonamiento es que si estás viendo mucho tiempo el escritorio de tu sistema operativo como para que te preocupe su estética, tampoco es que estés trabajando tanto.